La recuperación inmobiliaria patas arriba

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La inestabilidad política amenaza la reactivación y ya pasa factura en Madrid con el Edificio España como posible primer ‘caído’

“Si la actual situación se prolonga, los potenciales inversores quedarán desorientados y, ante la duda, saldrán corriendo”

Los cimientos de la incipiente recuperación inmobiliaria han comenzado a tambalearse por el Edificio España, en el mismo corazón de Madrid. El posible y precipitado portazo (no hay confirmación oficial) del Grupo Wanda al ambicioso proyecto pone en evidencia, a los ojos del mundo, que la capital -y España en su conjunto- sea un atractivo destino de inversión.

Independientemente de la salida o no del magnate chino, la polvareda levantadaha abierto las puertas de par en par a que la incertidumbre alcance y campe a sus anchas por el sector inmobiliario, incluida la promoción de nuevas viviendas. El efecto negativo del mensaje lanzado ya está creado y en el alero quedan millones de euros de inversión y de empleos, tanto en el Edificio España como en el resto de futuros proyectos.

La probable espantada de la compañía de Wang Jianlin, el hombre más rico de China, ha sido vista por expertos y agentes inmobiliarios como el primer desencuentro empresarial y político de los que podrían estar por venir. Sobre todo, en la ciudad de Madrid, donde la nueva corporación municipal, presidida por la alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid), se ha mostrado remisa a las iniciativas relacionadas con el ladrillo. Por el momento, esta política municipal urbanística e inmobiliaria, tachada directamente por voces del sector comoaltamente intervencionista, ya se está plasmando en contratiempos y ralentización de reconocidas promociones residenciales y de actuaciones urbanísticas de gran envergadura.

A la inestable situación local que se vive en la capital, remarcada por ser el principal motor de la recuperación inmobiliaria, hay que sumar, por otra parte, elimprevisible futuro político a nivel nacional que dibuja el nuevo Congreso y eldesafío independentista de Cataluña. Todo en su conjunto da como resultado un cóctel impredecible y que sitúa al sector inmobiliario, dependiente sobremanera de grandes inversiones, como uno de los grandes perdedores. Lo deja en una posición confusa y de poca seguridad para sus actores, tanto para promotores e inversores como para el comprador de vivienda de a pie.

Estas sombras de incertidumbre que se ciernen sobre el sector inmobiliario, con el coloso del Edificio España como primer nubarrón, llegan además en un momento clave. Después de que el mercado viviera su punto de inflexión en 2014 tras pasar página a una aguda crisis posburbuja y comenzara su resurgir en 2015, 2016 estaba llamado a ser el año de la consolidación, como previeron los expertos en el número anterior de SU VIVIENDA “si la situación política la permitía”, puntualizaban. Ahora, esta advertencia parece estar tomando cuerpo.

“La incertidumbre política siempre afecta a la inversión, puesto que el dinero es muy cobarde”, avisa Miguel Córdoba, profesor de Economía Financiera de la Universidad CEU-San Pablo, observando todo lo que está ocurriendo. “La previsible ingobernabilidad a nivel estatal, junto con el problema catalán, hacen prever un año bastante complicado. Después de las inversiones realizadas en 2015, el dinero está expectante y si no se aclara el horizonte no es normal que entre como el año pasado”, explica.

Hacia la misma línea apunta Manuel Romera, director del Sector Financiero del IE Business School: ”El inmobiliario es una de las grandes palancas de valor de la economía y la política debería entender que las macrooperaciones no sólo son una demanda de capital foráneo para nuestro país, sino una visibilidad estupenda de la marca España”. En su opinión, “la política debe de estar para ayudar y el Ayuntamiento, en su caso, no sólo para propiciar que estas operaciones se hagan, sino que debería de recuestionar los costes impositivos, como el IBI o las diferentes tasas locales”.

Viendo la actual situación, Córdoba tiene claro que “no se van a poder realizar proyectos importantes en Madrid” como la Operación Chamartín. “Al menos”, especifica, “tal y como se habían concebido”. “En general, los inversores se lo pensarán mucho porque las inversiones en ladrillo son a largo plazo y si no hay una seguridad jurídica clara, no se invierte”, recalca. “No se sabe, por ejemplo, qué va a pasar con el IBI para locales de oficinas o centros comerciales, que puede tener subidas significativas. Si hay inseguridad jurídica, no merece la pena arriesgarse. No merece la pena comprar el suelo por un precio alto si luego no está garantizado el uso y el coeficiente de edificabilidad”, manifiesta.

Por otro lado, ”geopolíticamente hablando”, Córdoba recuerda que “hay ademásmuchas otras amenazas en el horizonte, como el desplome de la economía china (con la crisis bursátil como principal reflejo) y el hundimiento de los mercados emergentes y de materias primas”. A su parecer, estos problemas globales “suponen que no se invierta más y, en algunos casos, puede que se desinvierta”.

Viendo lo que está ocurriendo ya en Madrid capital, con muchos de los proyectos inmobiliarios y grandes actuaciones urbanísticas al ralentí o prácticamente paralizados, Córdoba hace un llamamiento claro a los políticos, quienes tienen la última palabra: “Que aprendan de sus homólogos europeos, que dialoguen, que negocien sobre la base de un programa común y que dejen de darle al ego”. Pensando en el problema catalán, como freno a la larga de inversiones para España, aboga por la coherencia y por que no se aliente la ruptura estatal.

“Si la actual situación se prolonga, los potenciales inversores quedarán desorientados y, ante la duda, saldrán corriendo”, alerta Córdoba. Hasta el momento parece no haber una voluntad política generalizada para revertir el rumbo. Véase lo que está pasando con el Edificio España.

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http://www.elmundo.es/economia/2016/01/15/5697d91ee2704e29368b461d.html

 

 

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